Ubicada en la población de Rubí, población cercana a Barcelona, en una zona residencial tranquila con viviendas unifamiliares situadas siguiendo la morfología de la montaña, encontramos una parcela de 500 m² que linda con un bosque sin posibilidad de nuevas construcciones.
Una vivienda destinada a una pareja joven, con necesidades muy definidas, nos piden un diseño sencillo a la vez que moderno, en el que la futura vivienda esté estudiada para un comportamiento pasivo.
Se plantea una vivienda compacta formada por dos volúmenes diferentes y enlazados por un hall-distribuidor que funciona como un espacio de transición y actividad entre la zona de día y de noche. La zona de noche queda empotrada en la topografía original mientras que la zona de día se apoya en el terreno, tocándolo de puntillas. La diferencia de cota entre ambas proporciona iluminación, asoleo y vistas a ambas piezas, a la vez que reduce la exposición a las orientaciones más desfavorables.
La concepción de la vivienda responde a unos objetivos en materia de eficiencia y bienestar capaces de asumir la calificación de casa pasiva, pero sin ningún tipo de limitación en el proceso de diseño. Mediante la aplicación de los tres pilares básicos de la construcción pasiva: aislamiento, estanqueidad e intercambiador de calor utilizando ventilación, alcanzamos los objetivos marcados en cuanto a demanda energética mínima y confort térmico máximo.