En un maravilloso emplazamiento, en Alella, entre lo frondoso de su vegetación, un microclima particular y el Mar Mediterráneo como telón de fondo, recibimos el encargo de una vivienda unifamiliar para una familia. Con las premisas de un programa específico y un presupuesto acotado, levantamos una casa que preserve al máximo la morfología del terreno y realce las virtudes de la parcela.
Respetando los pinos centenarios que en ella habitan, construimos una caja compacta y robusta de 10 metros de frente y 12 de fondo, donde emplazaremos el programa secundario de la vivienda (instalaciones, almacenaje y parking). Materializada en hormigón con el fin de potenciar la relación con la tierra, como una roca más del lugar.
Esta pieza, a modo de pódium soporta el plano vertical, que es el gran protagonista de la vivienda y sobre el cual se desarrollará todo el programa funcional de la vivienda. Fijado en la cota justa para la óptima gestión de la luz, las vistas y la integración del volumen en el paisaje, su inserción en el terreno parte la casa en dos: la que gravita sobre el terreno natural, apoyado en “la roca” y la parte excavada.